A ver, el título no es tan cual porque algo más que “lo puesto” llevábamos pero muy poco más. Al final, para viajar solo necesitas algo de ropa para cambiarte, un medio de transporte y dinero. Con eso lo tienes todo, y aunque cuánto más dinero se tenga mejor, la realidad es que tampoco hace falta un pastizal para conocer nuevos lugares, os lo puedo demostrar.
Soy una persona muy práctica y muy comprometida con el medioambiente por lo que tengo ciertas manías, o costumbres, que no pienso cambiar, entre ellas el hecho de que no necesito carnet de conducir. Hay quien se lleva las manos a la cabeza cuando se entera pero la realidad es que con el autobús, el metro, la bicicleta y mi nuevo vehículo sin carnet tengo todo arreglado, y que conste que este último me lo compre por pura necesidad y es eléctrico en su totalidad.
No sabía que existían la verdad, y suelo apañarme bien con mis piernas, la bici y los medios de transporte públicos, pero hace un año encontré trabajo en una nueva oficina alejada del centro de la ciudad, sede de otra oficina mayor que tiene la base en el centro, y a la que me cuesta horrores llegar. En bicicleta no llego, y andando menos, a no ser que salga de mi casa tres horas antes de mi hora de fichar, pero me parece que por muy respetuosa con el medioambiente que sea no es viable para mi vida tardar tres horas en llegar y tres horas en volver del trabajo. Sería una auténtica barbaridad. Los autobuses pasan, por supuesto, pero uno cada hora así que como cuando salgo del trabajo acaba de pasar uno tengo que esperar 60 minutos a que pase el siguiente y luego 40 minutos hasta llegar a mi parada. Lo bueno de ese método es que me ahorraba hora y media todos los días, lo malo es que seguía gastando hora y media para volver a casa. Demasiado tiempo perdido.
Al final me estaba planteando sacarme el carnet de conducir en contra de mi voluntad, porque no iba a perder un trabajo que me gusta y donde me pagan bien, pero una amiga me habló de Urbancar, un concesionario donde se pueden adquirir coches sin carnet de conducir totalmente eléctricos. Y es que eso de comprar algo que lleve gasoil o gasolina me echaba para atrás, sinceramente, así que busque un garaje cerca de casa con enchufe de carga que estuviera en alquiler y encontré uno a menos de 5 minutos así que me lié la manta la cabeza y ahora tengo coche nuevo.
Pero había que estrenarlo. Tened en cuenta que el uso que yo le doy es única y exclusivamente para ir al trabajo a diario (y ya me parece mucho), porque para ir a cualquier otro sitio entresemana, y los fines de semana, sigo utilizando las PBP, como las llamo yo: piernas, bici o transporte público. Así que una amiga me dijo que podríamos irnos las dos, de escapada, con el pequeño motorizado (mi coche sin carnet).
Este tipo de vehículos suele ser para dos plazas y en el maletero cabe más bien poco así que teníamos de que decidir muy bien dónde queríamos ir, organizar todo al milímetro, y llevar cada una, una mochila, cómo máximo.
El viaje fue corto, de hora y media hasta Alcalá del Júcar, donde dejamos el coche en el único parking con enchufe para cargar su batería, y los tres días restantes disfrutamos de la naturaleza, el pueblo y la gastronomía con muy poco equipaje.
El Alojamiento
Estaba claro que si no podíamos llevarnos prácticamente nada de casa, el alojamiento donde íbamos a quedarnos tenía que tener todo lo necesario, desde vajilla para la cocina o sartenes para cocinar hasta ropa de cama y toallas. Puede parecer algo sencillo de encontrar pero en realidad no lo es tanto, sobre todo si te limitas a un área pequeña. Booking o AirBNB están muy bien, pero son buscadores que abarcan gran cantidad de alojamientos, de todo tipo, y nosotras queríamos ceñirnos al alojamiento rural así que optamos por buscar en Ruralzoom, el conocido portal de turismo rural en Comunidad Valencia y resto de ciudades de España.
El resultado fue una casita, con un porche muy cuco, en el centro del pueblo y para las dos solas.
Equipaje
¿Qué había que llevarse sí o sí? Pues cambio de ropa, básicamente. Me lleve ropa interior para tres días, tres camisetas, dos pantalones y un cepillo para el pelo. Ya está. El champú y el jabón para las duchas fueron 3 euros en un comercio del pueblo, el cepillo de dientes 1 euro y la pasta 1 euro más. Maquillaje para el campo no necesito y luego nos repartimos dos cosas que había que llevar sí o sí: una buena cámara de fotos que se llevó ella y un buen kit de primeros auxilios que me llevé yo (paracetamol, ibuprofeno, tiritas, clorhexidina y antihistamínicos).
Dos mochilas de ese tamaño, no muy grandes, cupieron perfectamente en el mini maletero del pequeño motorizado y aún nos quedó un rincón que a la vuelta llegó a casa lleno de productos gastronómicos de la zona como chorizo, salchichón, salchichas caseras y unos dulces que estaban para chuparse los dedos.
La organización
Llevar tan poco equipaje implica organizar mucho todo. Está claro que no hay nada diferente a la hora de las comidas, por ejemplo, al menos en apariencia: o comes fuera de casa o cocinas tú. Lo que pasa es que cuanto tienes espacio en el maletero puedes hacer ciertas cosas como traerte lo básico para el desayuno por lo menos, o comprar algo antes de llegar al destino. En nuestro caso eso no fue posible.
Nada más llegar nos fuimos al supermercado de la zona a por la pasta de dientes, el cepillo, los jabones y algo para desayunar. Compramos leche, magdalenas y Nescafé, con eso nos apañamos. Compramos también para las cenas: un día carne con patatas, otro día pescado con arroz blanco y ensalada y el tercer día pizzas precocinadas. Las comidas, por supuesto, las hicimos en diferentes restaurantes del municipio y así pudimos hacer frente a todas las comidas del día sin ningún problema. Eso sí, hay que tener cuidado con lo que compras porque la comida no se tira, nunca, y no podíamos traernos a casa la que sobrara por falta de espacio así que había que ir justas, sin que falte pero tampoco que sobre.
Otra cosa que hay que organizar bien son las actividades de ocio. En Alcalá del Júcar hay muchísimas cosas que puedes hacer pero hay que tenerlas claras antes de ir porque has de saber si debes llevarte algo especial de ropa o si te alquilan el equipo necesario para realizar la actividad por ejemplo. En nuestro caso practicamos rafting, barranquismo, piragüismo y hasta hicimos una gymkana, todo contratado desde casa y con la suerte de no tener que coger el coche para llegar al punto de encuentro puesto que salíamos desde la agencia donde contratábamos todo y que se encontraba en pleno centro del pueblo.
Eso fue lo mejor de todo, no tener que coger el coche absolutamente para nada en los tres días que duró nuestra escapada porque, al final, hicimos un viaje de lo más ecológico: viajamos en un turismo utilitario muy pequeño que gasta poca energía, esa energía era eléctrica y limpia por lo que no emitimos CO2 a la atmósfera, no usamos el vehículo para nada más en todo el viaje, las actividades que realizamos fueron en la naturaleza y tampoco usamos nada a motor para llevarlas a cabo y de paso apoyamos un poco la economía del pueblo que falta le hacía con todo lo que hemos pasado por culpa del Covid19.
Eso viene a demostrar que si no tienes agentes externos, viajar con muy poco es posible. ¿Te animas?