Viajar es una de las experiencias más bonitas que existen. Son de esas cosas que cuando vas al médico y tienes algún problema lo deberían incluir en la receta. Pero es cierto que en un mundo que se enfrenta a una emergencia climática, hacerlo de forma sostenible no es una opción: es una necesidad. Ahora se ha puesto muy de moda decir eso de, el futuro será sostenible, o no lo será.
Después de varios años explorando el mundo con mochila a cuestas, bicicleta o transporte público, he aprendido que sí se puede viajar sin dejar una huella negativa en el planeta. Y es algo que me gusta mucho, porque siempre intento ser concienciado con el medio ambiente. Soy de los que pienso que hay que dejar un mundo mejor a nuestros hijos y nietos.
Por eso, quiero compartir con todos vosotros mis consejos para viajar de forma verde, porque ya os digo que es posible. Y también una advertencia importante, en muchos países, las leyes que protegen el medioambiente son estrictas. Si las incumples —aunque sea por desconocimiento—, podrías necesitar asesoramiento legal, así que no estaría mal conocer todos estos datos.
Medios sostenibles
Lo primero que te quiero decir es que hay que evitar el avión es el primer paso. Yo priorizo el tren o el autobús para distancias largas, y la bicicleta o caminar cuando llego a destino. No solo es más ecológico, también me permite conocer mejor los lugares y sus gentes. Por eso me hace mucha gracia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que tanto habla de medio ambiente y luego se dedica a viajar en su falcon. Es la incoherencia hecha persona porque no se puede decir una cosa y luego hacer otra.
Alojamientos ecológicos
También prefiero alojarme en hostales que usan energías renovables, tienen políticas de reciclaje y reducen el uso de plásticos. Hay plataformas que ya filtran opciones «eco» para facilitarte esta decisión. Y esto es una gozada porque me gusta sentir que al viajar estoy ayudando al planeta.
Consumo local y responsable
Apoyar la economía local es parte del viaje sostenible y lo vamos a hacer desde el primer momento. Por ejemplo os cuento que compro comida en mercados, evito los grandes supermercados y jamás compro productos que puedan tener origen en la explotación animal o vegetal ilegal. Esto también te protege legalmente: en varios países, llevar contigo ciertos productos puede constituir un delito ambiental, así que lo mejor es que tomes nota de todos los que saben y te pueden asesorar.
Respeta las leyes estables
Una vez que estás en marcha, no salirse de senderos marcados en parques naturales, no recolectar flora o fauna, no encender fuegos sin permiso… Puede parecer sentido común, pero he visto a más de un viajero acabar con una multa (o algo peor) por no seguir estas normas.
Aquí es donde entra un punto crítico: si incumples una ley ambiental, aunque sea por ignorancia, podrías enfrentarte a consecuencias serias. En mi caso, una vez tuve que contactar con un abogado del bufete Abogados en Santander porque sin saberlo acampé en un área protegida. El asesoramiento legal me salvó de una sanción mayor.
Por eso, si estás en un país extranjero y te ves envuelto en una situación legal relacionada con el medioambiente, lo mejor es contactar con abogados especializados. Hay despachos que ofrecen asesoría puntual para viajeros, y créeme, puede marcar la diferencia entre seguir tu viaje o quedarte varado.
Viaja en verde
No todo es logística en esto que te estoy contento. También se trata de respetar, aprender y adaptarse. Llevo siempre una botella reutilizable, digo no a las bolsas plásticas, y me informo de la cultura y las normas antes de llegar. Ser un viajero verde es ser un viajero consciente, y os puedo decir que cuando me meto en la cama duermo con la mente muy tranquila. Y sí, me gusta eso de llevar una mochila verde y que todo el mundo me diga que si soy ecologista, no, simplemente lo que soy es un amante de la vida.
En resumen, y como has podido comprobar, viajar de forma verde no es difícil, pero sí requiere compromiso y responsabilidad. No se trata solo de cuidar el planeta, sino también de respetar las leyes del lugar que visitas. Y si alguna vez metes la pata, no dudes en buscar asesoría legal porque esto te puede sacar de un gran apuro.