Cuando se acerca la época estival todo a nuestro alrededor se encarga de recordarnos de que llega un momento importante, quizás el más destacado del año: las vacaciones de verano. Nuestros compañeros nos preguntan una y otra vez qué días estaremos de vacaciones, cuál será el destino al que viajemos, en qué tipo de hospedaje viviremos mientras estemos fuera de casa… Incluso nuestro correo electrónico y las notificaciones del móvil se nos llenan de ofertas de aerolíneas o promociones de los hoteles o incluso de los buscadores. Por ello, es crucial adelantarse al resto de personas que quieran viajar a la misma vez y al mismo destino que nosotros para tratar de viajar más barato. Pero es igual de importante conocer todos los pequeños detalles que pueden arruinarnos las vacaciones.
Cuando tenemos mascotas, pasar tiempo lejos de ellas puede llegar a ser realmente difícil. Muchas veces no tenemos a nadie de confianza cerca con quien dejar a nuestro perro, otras veces es el propio animal el que no se lleva bien con otras personas e, incluso, podemos ser nosotros quienes tenemos mucho apego a nuestra mascota y no contemplamos unas vacaciones o ni un solo día separados de ellos. Si este es el caso, la búsqueda se vuelve mucho más exhaustiva y nos volvemos mucho más selectivos: ya solo nos valen alojamientos que permitan a animales, los restaurantes con acceso libre para nuestros perros y las compañías aéreas y ferroviarias que permitan el embarque de animales, en el caso de que elijamos estos tipos de transporte. Confirmar esto antes de viajar puede ahorrarnos un bien disgusto, ya que muchas veces hemos leído noticias de viajeros y sus mascotas que han sido expulsadas de un avión. También debemos tener en cuenta que en cabina solo pueden viajar dos perros por vuelo, de manera que es muy necesario realizar la reserva con antelación.
Por eso, en el caso de viajar en avión, el primer paso es seleccionar la aerolínea que permite la entrada de animales. En ese caso, tal y como nos dicen nuestros amigos de Star Cargo, lo principal es contratar una compañía que vele por la seguridad y el bienestar de nuestros perros, que nos ayude en todos los procesos (desde la selección del mejor transportín hasta la confianza de que van a velar por ellos desde que nos separamos hasta que nos volvemos a reencontrar) y que respondan a todas nuestras dudas con profesionalidad y pensando siempre en lo mejor para nuestros animales.
Cuando ya hemos seleccionado la compañía aérea y hemos contratado el servicio de transporte, hay que asegurarse de que tenemos la documentación de nuestra mascota en regla: tener el pasaporte, que todas las vacunas estén suministradas, un certificado del veterinario para viajar a Estados Unidos… Y también es esencial elegir el mejor transportín para nuestra mascota, ya que tiene que cumplir una serie de requisitos, en función del tamaño del animal, de su peso y de las características específicas que piden las aerolíneas. Cabe recordar que lo mejor para nuestros animales es que viajen en cabina, pero solo puede hacerse en el caso de que el peso del perro y el transportín no superen los ocho kilos. En caso de que lo superen, el animal tiene que ir irremediablemente en bodega.
Otros dos consejos que solemos pasar por alto, pero que son realmente importante consisten en el bienestar de nuestra mascota. Es decir, es muy importante no atiborrar a nuestro perro o a nuestro gato de comida o de bebida justo antes de volar para que, así, no le entren ganas de orinar o de defecar una vez dentro del avión. Y también es recomendable incluir una mantita en el transportín para hacer frente a los cambios de temperatura que se producen en el interior de los aviones.
Viajar en coche
En cuanto al transporte en coche, existe un Código de Tráfico y Seguridad de la DGT que regula este tipo de viajes y menciona que “el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencias entre el conductor y cualquiera de ellos”.
En este sentido, es esencial que los perros viajen con un arnés de retención, una rejilla divisoria o en el interior de un transportín. En el caso de los perros pequeños, pueden viajar en un transportín encajado entre el asiento delantero y el trasero, mientras que los perros que superen los 20 kilos es recomendable que viajen en un transportín ubicado en el maletero.