Todos tenemos claro que la sostenibilidad es uno de los aspectos que más redundan en el cuidado del medioambiente. Lograr que todo lo que hacemos sea sostenible y mantenido en el tiempo, para mantener los recursos naturales y prolongar su vida es fundamental para la supervivencia del ser humano y el mantenimiento del planeta. Puesto que a este juego, jugamos todos, cada uno tiene su rol en el tablero. Si a nivel individual, todos tenemos que aportar nuestro granito de arena, ni que decir tiene que el papel que desempeña la gran industria, es todavía de mayor envergadura.
En este sentido, uno de los aspectos más tenidos en cuenta, es el del aislamiento de las instalaciones. Algo que ya se cuida cada vez más en las viviendas y edificios de oficinas. Para que lo entendamos, un buen aislamiento permite una mayor eficiencia energética, algo que en una gran industria es todavía más importante que en una vivienda unifamiliar.
Para entender como el aislamiento térmico industrial es uno de esos factores clave en la sostenibilidad, nos hemos acercado a Frimavi, expertos en instalaciones de refrigeración. Gracias a ellos, hemos conocido los retos asumidos por la gran industria para contribuir a la descarbonización. La finalidad de enfrentar estor retos, no es otra que alcanzar resultados significativos en el año dos mil treinta. Uno de los ámbitos que resultan más prometedores, a consecuencia de los efectos producidos y el recorrido que aún queda por hacer, es el del aislamiento térmico industrial. Gracias al que se puede alcanzar un ahorro energético de hasta quince mil millones de kilovatios por hora, siendo las lanas minerales potencial en el que se sustenta.
Teniendo en cuenta que el sector industrial y el del transporte, son dos de los segmentos que más aportan a los propósitos de sostenibilidad energética en la agenda de todos los gobiernos, no es de extrañar que dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que establece la ONU, se aborden numerosos aspectos dentro de esta cuestión.
Objetivo para el desarrollo sostenible 7 (ODS7)
Dentro de la larga lista de objetivos propuestos en la Agenda 2030, relacionadas con el desarrollo sostenible, se encuentra uno en particular: el ODS7 en el cual se abordan las metas en materia de sostenibilidad, relacionadas con la energía. En la misma se propone alcanzar el acceso universal, el crecimiento de las renovables, la cooperación internacional, etc. Otro de los aspectos destacables, es el impulso de tecnologías de eficiencia energética, entre las cuales, el aislamiento puede suponer y supone, un cambio significativo.
En particular, las refinerías de petróleo, las plantas eléctricas y la industria química, podrían contribuir al cincuenta y siete por cien de ese ahorro, así como procurar un sesenta y uno por cien de la reducción de emisiones de CO2, de tomarse las medidas adecuadas y oportunas. Dentro de este contexto, cobran protagonismo las lanas minerales, por constituir el aislante ideal. Este tipo de material, permite un elevado ahorro de energía, reduciendo el consumo al mínimo posible. Lo que conlleva una disminución del deterioro de medio ambiente.
Únicamente en España, si se mejorasen esas necesidades de aislamiento térmico, podría llegarse a alcanzar hasta un doce y medio por ciento del objetivo de sostenibilidad energética propuesto de cara al dos mil treinta. Un correcto aislamiento en las instalaciones industriales puede suponer un ahora energético de quince mil millones de kilovatios por hora al año, como ya hemos citado anteriormente. Para poner esto en un contexto más fácilmente comprensible, esta cifra se correspondería con la cantidad necesaria de petróleo necesaria para que un Boeing 747 de la vuelta al planeta más de dos mil quinientas veces. Ahí es nada.
Los estudios realizados por la Fundación Europea del Aislamiento Industrial, la revisión de los casos prácticos y las historias de éxito logradas, el potencial ahorro que supone el aislamiento en los procesos y sistemas de la gran industria, queda totalmente demostrado. Pudiendo alcanzar en España, la nada desdeñable cifra de cuatrocientos millones de euros de ahorro. Lo que viene a ser trece mil seiscientos gigavatios por hora y tres millones cuatrocientas mil toneladas de CO2 o, el consumo de un millón doscientas mil viviendas o el CO2 que producen un millón setecientos mil vehículos.
Ahora bien, es cierto que este ahorro es posible, pero antes de ahorrar hay que gastar. La inversión total ronda los siete mil trescientos setenta millones de euros, de los cuales, aproximadamente mil seiscientos cuarenta y siete, se corresponden con el sector público. Un dato relevante, teniendo en cuenta la oportunidad que suponen los Fondos Europeos acordados para nuestro país dentro del marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia correspondientes a la transición verde.
Con la finalidad de poder cumplir con los compromisos de sostenibilidad y eficiencia, es preciso incluir la premisa de un buen aislamiento térmico en las fases de diseño y edificación, junto con el impulso de actuaciones de rehabilitación y mejora de los materiales. Todos los caminos que llevan a la descarbonización del planeta, pasan por la rehabilitación, punto candente en el que entran las lanas minerales y cobran su papel protagonista. Este material tan novedoso, se obtiene a partir de productos naturales como la arena silícea en el caso de las lanas de vidrio y la roca basáltica en el caso de la lana de roca. Se constituye por un entrelazado de filamentos de materiales pétreos que conforman un tejido capaz de mantener entre el mismo el aire en estado inmóvil. Esta estructura es flexible y permite obtener un producto perfectamente capaz de proporcionar un triple acción: aislamiento acústico, térmico y protección contra el fuego, dada su naturaleza incombustible.
Lanas minerales, una solución indiscutible
Como solución no tiene competidores, las ventajas que ofrece la lana minera, con su triple protección, no es de extrañar que las lanas minerales se hayan convertido en uno de los materiales más utilizados para el aislamiento. En Europa, los fabricantes trabajan continuamente para mejorar su calidad y prestaciones. Sus usos y posiciones potenciales son muy diversas y variadas, puesto que son aplicables tanto en cubiertas, como en fachadas, suelos, falsos techos, divisorias, conductos de aire acondicionado, protección de estructuras, cerramientos, aislamiento térmico de tuberías, equipos, tanques y todo tipo de superficies calientes que conllevan perdidas energéticas. En definitiva, la lana mineral se erige como uno de los materiales sostenibles, eficientes e ideales para el aislamiento de todo tipo de edificios e instalaciones.
Unido a este tipo de material, existen otros materiales a utilizar que siempre, deberán ser nuevos, estar correctamente embalados y libres de humedad, previamente a su instalación. Es totalmente necesario e imprescindible que dichos materiales, cuenten con su certificado de origen, las fichas técnicas correspondientes y de seguridad. Las características básicas que debe aportar un material aislante son las siguientes:
- Ahorro energético. Mediante un buen aislamiento térmico que dificulte el flujo de calor a través del material.
- Prestaciones acústicas óptimas que faciliten la transformación de energía acústica en cinética.
- No deben arder ni producir humos, manteniendo su capacidad de aislamiento térmico en altas temperaturas.
La Norma UNE-EN 14303 es la encargada de especificar los requisitos que deben cumplir los productos manufacturados de la lana mineral utilizada para el aislamiento térmico en los equipos de edificación e instalaciones industriales, con un rango de temperaturas de trabajo aproximado desde los cero grados centígrados hasta los ochocientos.
Otros materiales utilizados a nivel industrial como aislantes térmicos pueden ser:
- Vidrio celular. Material elaborado a partir de polvo de vidrio cocido, también denominado como vidrio expandido. Se emplea esencialmente como aislante térmico y protección contra el fuego.
- Espuma elastomérica. Se trata de un aislante térmico flexible de espuma de célula cerrada. Está diseñado en especial para instalaciones de exterior. Actúa como una barrera de vapor de agua y reduce el riesgo de que se produzca condensación.
- Material microporoso. Se trata de un producto en forma de fibras o polvo compacto.
- Fibra cerámica. Manta punzonada, ligera, fabricada a partir de lana de silicato alcalino terroso que soluciona gran variedad de problemas de gestión térmica.
- Se trata de una manta de aislamiento industrial flexible ideal para altas temperaturas, se compone de aerogel de sílice y se refuerza con relleno de fibra de vidrio no tejida.
Cabe señalar, que en nuestro país, el tejido industrial en materia de aislamiento, no se encuentra sometido a ninguna normativa obligatoria, al contrario que sucede con el de uso residencial que se rige por el Código Técnico de la Edificación. No obstante, el sector está cada vez más concienciado. Los estudios arrojan datos relevantes en los cuales se ha detectado que al menos un diez por ciento de las superficies de las instalaciones carecen de aislamiento o está deteriorado. El noventa por cien restante podría llegar a reducir hasta un setenta y cinco por cien sus pérdidas energéticas con una inversión en la mejora del aislamiento.
En conclusión, podemos decir que si, parece que un buen aislamiento es uno de los factores de la sostenibilidad en general y sobre todo, a nivel industrial. Pero también podemos decir que España tiene un largo camino para recorrer la distancia de la mejora. El dos mil treinta, está a la vuelta de la esquina.