Un negocio que crece con el turismo

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Contamos con un restaurante de carretera cerca de Benidorm. Estar en una zona tan turística tiene ventajas y nosotros cuando lo compramos deseábamos explotarlas pero rodear a este restaurante de algo mágico.

Siempre hemos sido unos enamorados de las películas del oeste y de la ruta 66, por lo que, a la hora de hacer un restaurante temático, decidimos juntar esto con ser a la vez un local de música en directo de importancia para la zona.

En verano viene mucha gente e incluso durante todo el año el goteo de turistas es incesante, por lo que consideramos que montar un negocio así tenía salida. La mezcla de comida y servicio de calidad, con unas buenas instalaciones es algo básico cuando se quiere emprender.

Nosotros además de esto, queríamos dotar al sitio de unas instalaciones que fueran todo comodidad para que las personas que vinieran al restaurante lo tuvieran realmente fácil para acceder al mismo.

Como el restaurante está en la carretera era vital ponerse en marcha con una mejora del acceso, que se realizaba por tierra, lo mismo que el parking que había que acondicionarlo debidamente. En este aspecto pensamos que había que aprovechar la gran cantidad de energía solar de la que disfruta Benidorm la mayor parte del año.

Lo mejor, contar con profesionales

Para ello, decidimos contactar con una empresa especialista tanto en montar paneles solares en el aparcamiento para aprovechar toda esa energía como en instalar paneles acústicos para que el ruido de la carretera no molestara a los clientes. Al estar dentro de la propiedad, esto se puede hacer perfectamente, por lo que aunque hay que pagar los permisos pertinentes y pagar las tasas e impuestos que toca pues, es posible.

Lo cierto es que en pocas semanas tuvimos montado todo y el resultado fue francamente espectacular. Contar con una empresa especialista  se nota y al final redunda en una obra de diez que ha colaborado en dar muchas satisfacciones a nuestro negocio con el paso del tiempo.

Si uno quiere distinguirse cuando abre un negocio, decididamente tiene que apostar por dar algo diferente. Nosotros hemos tenido siempre muy claro que queríamos aprovechar la energía solar o realizar algo con energías limpias. Siempre es bonito aportar algo de esto, quizás para demostrar al resto del sector qué es lo que podemos también hacer nosotros para cambiar el planeta y encima aprovechar las fuentes de la naturaleza que tenemos.

En el levante tenemos una cantidad de luz solar terrible ¿cuál es la razón para no utilizarla más a menudo? Pocos lugares de Europa pueden compararse, así que no aprovecharlo es sencillamente tirar nuestros recursos.

A nivel de emprendimiento, hemos intentado que la decoración del lugar sea lo más fiel al espíritu del oeste americano, pero uniéndolo con algunas cosas nuestras, dando la oportunidad de comer la más auténtica comida americana, pero mezclarla con la mediterránea siempre que se quiera.

Esto nos está saliendo realmente bien, ya que en la comida mediterránea también incluimos la de otros países mediterráneos, caso de la comida griega, albanesa e italiana. Un ligero toque que permite que nuestros comensales puedan probar ante todo buena comida en un ambiente increíble.

Esta idea la sacamos de un restaurante que conocimos cuando estuvimos en Tenerife. Cualquier ciudad a la que vayas tendrá, siempre, restaurantes asiáticos, italianos, japoneses, hindúes, etc. eso no sorprende a nadie ¿verdad? pero, sin embargo, tener un buen restaurante que sirva comida realmente buena, tipo gourmet, de otros países o típicas de otras provincias españolas no es tan sencillo.

Imaginad, por ejemplo, los menús de diario a mediodía, donde además de las típicas comidas frescas para el verano y de la paella alicantina o valenciana podemos servir gazpacho andaluz, ensaladas griegas, fabada asturiana o un buen cachopo de ternera. Incluso hemos pensado que un buen cocido madrileño en pleno invierno sería todo un acierto. Y es que, en Benidorm, hay turismo todo el año, no solo en agosto.

Cuando visitamos Salamanca tuvimos también la oportunidad de probar su cochinillo, todo un manjar para nuestro paladar. Nos alojamos en Casa Imperial Salamanca y pudimos deleitarnos con ese cochinillo que se prepara de forma única en dicha provincia. Hoy por hoy nuestro menú carece de este plano pero tengo pensado volver a la ciudad universitaria española por antonomasia para formarme e incluir el cochinillo entre nuestros platos.

Nuestro siguiente paso es incluir algo de espectáculo para las cenas, pero nada de lo que ya hay en algunos establecimientos de la localidad donde prima la diversión y la picaresca, sino algo bonito, elegante, que puede o no ser cómico. Un entretenimiento para nuestros comensales que les dé un plus para elegir nuestro restaurante por encima del de la competencia. Pero eso ya vendrá más adelante, y os contaré…

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